Poesías

Caballero

Ilumíname con tus ojos guerreros.

Haz que mi cuerpo entre en el campo de                                                     batalla,

descontrola a mi alma en  los combates

pero no me ensucies la vida en una                                                     masacre.

Lléname de infinita concentración

y mi mente busque la forma de                                    vencer al retador.

Proclámame con tu espada victoriosa y

conviérteme en tu fiel vasallo.

Cabalgaremos sin rumbo por el                              interminable horizonte

y tendremos de guía a la apasionada luz de la luna.

Enséñame la esencia de tu osado corazón,

en el reflejo de mi alma

quede tu inmenso valor.

El crepúsculo declina

y tu aún sin tu doncella.

¡Anda, rápido¡,

coge a tu damisela y vete a soñar,

oportunidades como éstas

no hay dos, de ninguna manera.

Has vencido

¡terminaste tu misión!

… te llevaré en mi por siempre.

Estrella

Contactarme contigo quiero,

tu lenguaje me supera

de tal manera …

mis ruegos insistentes

recompensados fueron

y tu brillo a mis ojos llegó.

El frío de mi cuerpo no permanecía

y con su intenso calor me acogía.

¡Oye estrella, tú que brillas,

en el cielo y en la tierra!

¿Cómo hago que permanezcas en mí por siempre?

Al decirle estas palabras,

su voz ausente quedó

y … poco a poco

de ida marchó.

¿Por qué te vas de tal manera?

No me respondió,

con su ardiente luz

de mí se despidió.

El alma del jinete

Alma susurrante

galopando en  fiel caballo

la brisa que corta su rostro,

alma que llega y se va,

que en tu corcel

la mancha imborrable de tu nombre, dejaste.

¡Bendito, bendito día!

que por secas hojas del viejo otoño

tú pasaste y bendijiste esta época medieval.

El espíritu tuyo

alegre y dichoso

libre como el viento

claro como el agua

perfecto como el firmamento

irregular como la vida

¡que cae desde el cielo,

que

cae

desde el cielo!

como alma a su cuerpo,

como  alma a su cuerpo.

¡Qué lástima que tu esencia

sólo esté en mis pensamientos!

y  cuando  despierte

diré simplemente,

que el alma de este jinete

sólo está en mis sueños,

simplemente en ellos.

Un lugar mágico

Indeciso relieve

Dios te formó a su gusto

aún tiene tus tesoros ocultos

el cristalino en cada amanecer

refleja resplandor…

acurrucando a la naturaleza

con  perpetuo amor.

¡Y estoy feliz!

al   escuchar a las arboledas

con su canción,

hace vibrar y soñar

¿cómo de ella me atrevería a olvidar?

… y el viento…  y el aura,

complejos y sencillos,

parciales e infinitos.

El arco iris con el astro

del crepúsculo nacen

y de ellos… un ángel.

Hay una estrella

que brilla en este mágico lugar

el enigma es:

en tu corazón,

en un amanecer

¿ella va a estar?

y si sientes en tu alma

ese cálido esplendor

no dudes un segundo,

ella…

pertenece a tu corazón.

Oda al viento

Te siento en mi rostro amigo cauteloso,

aunque no vea tu cuerpo ausente e invisible.

Me causas la risa sana de  felicidad en primavera,

hasta la frontera tu calidez llega.

Como también me causas tormento

al sentir las tormentas que creas.

¡Quién te entiende viento indeciso!

además de mí, que soy tu amigo,

te esfuerzas para darme brisa

y tocarme la cara

pero…

¿De qué sirve si ni siquiera tocas mi alma?

Y cuando quiero deshacerme de tí

tu brisa en el alba me encuentra.

¡No me dejas  en paz viento terco!

y de tanto que insistes

sale de mis labios

´´ te quiero ´´ .

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